Un paseo por las nubes.
Te lo digo ya, porque luego con tu sonrisa, tus ojos entornados, me confundo y no doy pie con bola. Eres tanto un lugar como una persona. Lo leía en otra novela, reciente, ya sabes, algunos la vida la miramos desde el balcón de un libro.
Si, si, como persona eres cálida, amable, acogedora. Persona con la que debato desde la perspectiva de género, desde la perspectiva de salud para todos y también desde la perspectiva contigo para siempre. Como persona he crecido contigo, eres un mar de posibilidades, eres oportunidades, eres estrategias, eres, eres.
Como persona marcas tanto con un detalle, un gesto, que hace de estos instantes insignificantes lo más importante de toda una vida.
Como persona te encuentro en todos los que amas y conozco, en todos los que ayudas, trabajas, enseñas y que me encuentro en mi propio caminar.
Pero también eres lugar, eres Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad, eres Escuela Valenciana de Salud Pública, aunque tú y yo sabemos que es un Instituto Valenciano de Estudios en Salud Pública, eres Observatorio de Salud de las Mujeres, eres Departamento de Pediatría de Valencia, Mujeres en Red, eres Sociedad de Pediatría Social, eres cualquiera de los cursos de formación en salud infantil, promoción de la salud, salud de las mujeres, eres Comités para la elaboración de la Estrategia de salud sexual y reproductiva, y eres de la Estrategia de atención al parto normal, eres SESPAS, eres Sociedad Española de Epidemiología, eres Asociación de mujeres progresistas, eres OMS, OPS, eres múltiples lugares en donde proyectos, planes y personas han vivido contigo, aprendido contigo, trabajado contigo.
Siendo lugar estás siempre, a diario, a minuto, cuando paseo por los mismos lugares en lo que has estado, allí te veo, te admiro y te escucho. Y si hoy decido pasear contigo en las nubes es para decirte esto, me detengo unos instantes, respiro hondo y agradezco que seas persona y lugar.
Ya seguimos hablando, luego, otro momento, otro día, es que ya estás sonriendo, con ojos cómplices y tu mano en mi hombro, y así ya solo puedo escucharte, rendido a ti, entregado a lo que digas.
Javier Soriano Faura