Hace tiempo Concha, Tula y yo creamos un blog (fue Tula) para escribir lo que sentiámos. Se llama "Las cosas existen para existir, no solo para ser escritas". De este blog he sacado este fragmento:
Dulce meditación silenciosa
Cuando en mis sesiones de dulce meditación silenciosa evoco el recuerdo de las cosas pasadas, suspiro por la ausencia de tantas cosas ambicionadas, y con las antiguas desgracias vuelvo a quejarme del derroche de mi amado tiempo.
Entonces se me pueden anegar unos ojos poco acostumbrados al llanto por los queridos amigos ocultos en la noche eterna de la muerte, y puedo llorar de nuevo el infortunio de un amor extinguido años ha, y lamentarme del coste de tantas imágenes desvanecidas; entonces puedo penar por penas pasadas, y de aflicción en aflicción empecinarme en la triste relación de lamentos anteriormente proferidos,que vuelvo a pagar como si no estuvieran ya pagados.
Pero si mientras tanto pienso en vos, querido amigo, se saldan todas las pérdidas y terminan las penas.
Poema leído en “El puerto de los aromas” de John Manchester
Gracias Concha por haberme dado tanto.
Gracias Tula por ser mi amiga.
Gracias familia Colomer, por ser como mi otra familia.
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