Querida Marina,
Este es el texto que leí en Torrent:
“Como del rayo decía Miguel que se le había muerto su amigo Ramón. En Orihuela. Donde daría su corazón a las desalentadas amapolas para alimentarlas. Estábamos al tanto, precavidos y temerosos pero todavía anhelantes. No ha servido de mucho y ni siquiera el sabio argumento del sufrimiento evitado nos consuela. Porque su corazón, y las manos, la mirada y sobre todo, sus palabras, a menudo dulces y cuando no, siempre discretas, han sido más que nutrivivas, compañeras. Y al perder una compañera te duele hasta el aliento. Hernández escribió su elegía con la desazón de no haberse reconciliado aun con Sijé. No es el caso pero si tengo la sensación de haber hecho tarde, al no poder compartir con Concha los versos de abril de cada año que al saber de su enfermedad pensaba dedicarle y que han perdido su sentido porque no se trata de literatura (dicho sea con envidia). Quedaran enterrados para siempre con el recuerdo de Concha.”
Un abrazo,
Andreu Segura
Àrea de Salut Pública
Institut d'Estudis de la Salut
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andreu.segurab@gencat.cat
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