viernes, 6 de mayo de 2011

Un brindis por Concha

Querida Marina, te envío una historia, una pequeña historia, que podría ser una casualidad de esas que parece haber tantas en la vida, pero algunas personas preferimos vivir estas historias desde el ángulo de los misterios de la vida,

"Era la noche del 8 de Abril, estábamos en la cena del Congreso de Lactancia Materna en Ávila. Sobre las once y media de la noche decidí volver ya al hotel y en el regreso coincidí con dos Isabeles muy queridas por Concha. Cuando estábamos entrando por la puerta del hotel una de las Isabeles dijo "¿no sentís mucho calor?"....y si, realmente yo me sentía acalorada pese a que, como es habitual en Ávila, la noche había refrescado...Delante del hotel, en la acera de enfrente, en plena calle, había unos bancos y fuimos hacia ellos. De camino pensamos que podríamos tomarnos una copa en esos bancos callejeros. Nos costo un poco pero al final conseguimos tres esplendidos Gin-Tonic en unas copas enormes y con ellos nos salimos a los bancos. Las personas que pasaban por la calle nos miraban extrañados probablemente pensando  que hacían tres mujeres ya maduritas, a esas horas, en la calle, casi, casi de botellón.

Comenzamos a hablar de la experiencia de la muerte de seres queridos, de las distintas formas en las que se puede vivir la muerte de los que amamos. Allí con el Gin-Tonic en la mano brotaron palabras conmovidas, emocionadas y gratificantes sobre aquellos que se habían ido, algunos demasiado pronto. En cierto momento empezamos a hablar de Concha, pero no hablamos de su enfermedad, hablamos de su capacidad, de todo lo que nos enseñaba cada día, de todo lo que había hecho, de todo lo que quedaba por hacer. La recordamos en algunas reuniones memorables en las que con muy pocas palabras había sabido hacerse con situaciones muy complicadas. Poco a poco se fueron uniendo a nosotras y a nuestros Gin-Tonic  callejeros otras mujeres que volvían del congreso y seguimos hablando de Concha con cariño y admiración. En cierto momento brindamos por ella, fue un brindis espontáneo. Nuestras copas se unieron y nos salió "por Concha". Cada vez hacía mas frió en esos bancos, cada vez estábamos mas acurrucadas buscando calor. A la 1:30 ya del día 9 de Abril entrábamos, casi tiritando, en el hotel. En la puerta dije que por mas años que viviera nunca podría olvidar ese Gin-Tonic.

A las 7:30 de la mañana del 9 de Abril me llegó un SMS de Tula:" A las 0:30  de forma rapidísima y sin sufrimiento ha fallecido nuestra querida Concha. No tenemos palabras". Lo primero que vino a mi cabeza fue la celebración de la víspera, ese Gin-Tonic compartido mientras Concha nos dejaba, ese Gin-Tonic dedicado a ella. Verdaderamente, por más años que viva nunca olvidaré ese Gin-Tonic que Concha, sin que lo supiéramos, estaba compartiendo con nosotras, despidiéndose de la vida con la misma intensidad con la que se entregaba a ella todos los días"

Un beso y todo mi cariño,

Keka

1 comentario:

  1. gracias guapisima, esprecioso el texto, la verdad es que la vertiente andaluza de concjha fue muy impostante para ella, y para mi!!
    besos
    carlos

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